La regulación del precio de los alquileres ahorra a las inquilinas 500 euros al año y no afecta a la oferta
Las preocupaciones relacionadas con el acceso a la vivienda de alquiler están muy extendidas en las ciudades de todo el mundo y abundan los debates sobre la adopción de políticas de control de alquileres. Por ello, Jordi Jofre-Monseny, Rodrigo Martínez-Mazza y Mariona Segú, investigadores del Instituto de Economía de Barcelona, han llevado a cabo un sólido e interesante estudio sobre “Eficacia y efectos del control de precios de los alquileres de vivienda e impacto sobre la oferta” (ver aquí).
El estudio analiza los efectos de la política de control de alquileres adoptada en Cataluña en septiembre de 2020 que se aplica a algunos pero no a todos los municipios. La política cubre prácticamente todo el mercado de alquiler y obliga a los anuncios y contratos de arrendamiento a especificar el tope de alquiler aplicable para garantizar su cumplimiento. Para identificar el efecto causal de la regulación del control de rentas, se tuvieron en cuenta diferencias y diseños de estudios de eventos y análisis de las rentas promedio y del número de contratos de arrendamiento firmados. Los resultados indican que la regulación redujo las rentas promedio pagadas en aproximadamente un 6%. Sin embargo, esta caída de precios no supuso una reducción de la oferta de viviendas en el mercado de alquiler.
Tal y como explica Rodrigo Martínez-Mazza en su cuenta de Twitter @romar505, la Ley de la Generalitat de Cataluña 11/2020 que regula la contención y moderación de rentas en los contratos de arrendamiento de vivienda, determina que los nuevos alquileres firmados deben de tener un doble tope: el precio del contrato anterior y el valor de un índice que refleja pisos similares en la zona. Además incluye excepciones a nueva obra y rehabilitaciones.
Esta regulación fue aprobada en septiembre de 2020, se aplicó en 61 municipios que representan el 70% de la población catalana, y ha estado vigente desde entonces.
Para determinar los efectos de esta regulación comparamos los municipios que fueron regulados con otros los que no lo fueron. Los datos históricos constatan que la evolución de ambos grupos en el precio de alquiler y en la cantidad de contratos firmados, era similar hasta la llegada de la regulación.
Los resultados del estudio muestran que:
- La regulación de precios baja los alquileres en un 5-6%. Esto representa una bajada de 500€ anuales para los inquilinos e inquilinas.
- La regulación no parece tener efecto en la cantidad de contratos firmados.
Además, se aplicaron varias estrategias para separar el efecto de la pandemia del de la regulación, se tuvieron en cuenta los posibles cambios en preferencias por zonas urbanas por distancia a Barcelona y cambios en migración. Todos estos ejercicios apuntan en la misma dirección: la regulación baja los alquileres, pero no afecta la oferta.
En general, la investigación ayuda a mostrar que la regulación de alquileres puede ser efectiva para bajar los alquileres sin generar una retirada masiva de pisos de alquiler en el mercado.